«En los capítulos anteriores, mi enfoque principal fue transmitir conocimientos técnicos: Conocimientos sobre los procesos de comunicación y sobre las culturas. Tales conocimientos son necesarios e importantes para comprender las diferencias culturales y para captar, por qué personas de distintas culturas perciben el mundo de una manera diferente, y por qué piensan y sienten de manera distinta a nosotros. He intentado explicar las razones de los diferentes puntos de vista – también con el motivo de cultivar una comprensión por otros puntos de vista. Para mi, este punto tiene mucha importancia, por que en el encuentro intercultural, los prejuicios – tanto los conscientes como los inconscientes – frecuentemente juegan un papel importante.
Ya hemos tratado brevemente el tema del etnocentrismo. Lo natural en el encuentro intercultural es, que nosotros mismos y nuestro trasfondo cultural son el punto de partida y la regla para evaluar a otros. Y en muchos casos es así, que ya antes de encontrarnos con una persona de otra cultura hemos escuchado algo sobre su país y “la mentalidad de la gente allí”. No importa, si es positivo o negativo lo que hemos escuchado, o si es verdad o no, el otro ya no es como una “pizarra en blanco”. Consciente o inconscientemente se crean expectativas de cómo debería ser el otro a causa de su cultura. En el caso de estas informaciones preliminares sobre otros países, su gente y sus costumbres, sobre todo los estereotipos, juegan un papel importante. Por un lado, los estereotipos pueden ser una ayuda, porque generalizan hechos, reduciendo de esta manera la cantidad de informaciones a una cantidad manejable y al alcance de la vista. Pero el peligro de los estereotipos es, que generalizan demasiado, y que nos llevan a encasillar a las personas, es decir, meterlas a todas en el mismo saco, donde en realidad no pertenecen.»
Jürgen H. Schmidt: La Comunicación Intercultural, pág. 97s.